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lunes, 4 de septiembre de 2017

Henry Miller: Trópico de Capricornio (1939)



Imaginar el mundo su evolución biológica, histórica, cultural y social: distinta. Si todo fuese de otros colores y sonidos, otros organismos celulares: otra cosmovisión. Si no se hubieran dado las guerras en Europa, las conquistas por el oro en América. La expansión del catolicismo; la revolución industrial. Un mundo oscilando en problemas sociales; a causa del dinero y la guerra. Inventar a la mujer siendo otro ser; el hombre, otra criatura. Sin materialismo ni desarrollo industrial, gobiernos e ideologías. Un mundo sin la mentira, la falacia; empero la gentileza, la benevolencia. Religiones y dogmas rutilantes. Un planeta sin sensaciones ni sentimientos. Evocar la niñez, la adolescencia, madurar para suplir una sociedad; envejecer, morir.  Antes de partir, hacia un lugar que nadie conoce ni sabe «intentar decodificar la verdad del mundo». Más allá de una realidad ilusoria. Es inevitable cuestionar el cosmos insondable.

La transformación del mundo a través del tiempo. La ciencia, la moral engendrada de la religión; éticas, códigos científicos y sociales. Los pensadores, los héroes; cánones que marcaron una conciencia; una forma de ver la vida. El origen del miedo, un agujero negro, desmedrado. Una humanidad oprimida en el eufemismo. Sucumbir en el huracán, sin advertir el sentido de un tiempo real, verdadero.  Aplicamos el tiempo, materializamos el contexto de este mundo más no, el tiempo espacial, cósmico.

Un mundo utilitario o un mundo espiritual, no es lo mismo. El sistema « es como es» no hacemos nada para cambiarlo. Somos como flores, que crecen y se desvanecen. Hemos desarrollado un comportamiento denotativo en el sentido de pensar y actuar. ¿El amor es un producto del sistema o es un sentimiento innato en el  hombre?  Los astros, presiden los sentimientos de las personas. Los planetas exteriores tan ignorados, son el nexo de sentimientos y emociones. La influencia del cosmos ulterior es imperceptible en nuestras vidas. Transigir o impugnar el sistema; su concepto tan ambiguo e intricado. ¿Podemos ser independientes de este pulpo coloso, matriz de nuestro devenir existencial?

La inmortalidad no está adherida en el ser humano. El dinero es la única salida para sobrevivir de los avatares mundanos. Somos un astro, tan pequeño entre millones de galaxias interplanetarias. Con costumbres y formas de pensamiento extraordinario. Un molde de sociedades minúsculas colmadas de incentivo por la supervivencia. La vida es tan corta, inaudible. ¿Qué sucede con el alma humana, permanece igual; evoluciona?  ¿Las relaciones, son sólo carnales o existe la ilusión de la amistad, el afecto? La naturaleza  es efímera, preciaría. Los animales, las especies biológicas, están para crear un balance en nuestro entorno. La verdadera percepción del mundo; no es la misma de la que hemos adquirido.


Henry Valentine Miller, Nueva York, 26 de diciembre 1891. Trópico de Capricornio fue publicada en Paris en 1939. Su primera novela, Trópico de Cancer (1934) obtuvo censura en Norte América. El oficio de Miller afloró por calles interminables, techos desvencijados, cloacas infectas de emigrantes europeos y personajes rutilantes. La esencia de la mujer, el dragón que quema la soledad prolongada del tiempo y el hombre.  Aprender a sobrevivir más allá de los cánones y estereotipos del mundo. La vida del ser humano, no es fácil, mucho menos la de un hombre nacido en medio del invierno; bajo el sigo de Capricornio. Leer vale la pena, en esta novela semi-autobiográfica entenderemos mejor el mundo contemporáneo, surgirá un nuevo enfoque.


 Santiago Salvador
  2017

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