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viernes, 31 de octubre de 2014

Remolino negro


Cueva escondida, bajo la ciudad, bajando por túneles, hasta llegar a un pozo profundo. Piedras que esconden fantasmas olvidados.El sonido puro, cristalino de las aguas.Grutas internas que serpentean por conductos, donde habitan espectros  proyectando imágenes de sucesos, de tiempos pasados.

Sombras se esparcen entre las luces, perdiéndose en la atmósfera interna. El sonido del riachuelo baja leve, sereno, desde las alturas, en la luz. Decreciendo en la oscuridad del abismo en donde su agua negra, colisiona recelosa en el abandono del mundo. Girando hacia el fondo del pozo  en el silencio de un remolino negro.Miles de días y noches han transcurrido entre veranos incandescentes e inviernos gélidos. Sombras que hablan, ríen, lloran bajo el rugir de la luna. Reflejando su propio ente; urdiendo en las aguas. Arriba en lo alto, el reflejo  de la noche.

Túnel, madriguera de las historias que se han perdido en los días. Historias de amistades, rotas, de amores desgarrados por el abismo inocuo de la vida. Voces y gritos proliferan por el riachuelo invisible que  lucha para no desaparecer, y perdiéndose en las fauces del tiempo.Río labrándose en las espumas de la vida y la muerte.
Voces atormentadas en el vórtice  del tiempo y de la eternidad.
Remolino negro,  abismo de sueños y sucesos.

Santiago Salvador
2014

sábado, 25 de octubre de 2014

Barco Pirata




Inmersión en arrecifes 
apartados en profundidades 
Palabras retenidas en cristales.

Circo en alta mar, navegando 
en el reflejo petrificado
de tus diamantes.

A tú ventana lunar,
el viento vendrá a cantar,
una canción ilusoria.







sábado, 11 de octubre de 2014

El Hombre Trópico


Bebió el último trago de licor barato, que había comprado durante el crepúsculo. Se sostenía sobre el marco de la ventana, imbuido en la penumbra. En la lejanía, observó su imagen perdida para siempre en las sombras del pasado. Su vida, anacrónica en el tiempo, la muerte silenciosa, la vida fugaz y la magia oscura del espacio contaminado, emulsionando en  licor inhumano.

La borrachera sobrecargó sus emociones. Su tocadiscos viejo, con la tapa plástica trisada, estaba sonando “Fatalidad”, de forma estridente por la habitación. Aún consciente, de un impulso brincó desde el margen de la ventana hacia la oscuridad. Saltó desafiando el vacío -lo podrida que es la vida-  El abismo insondable lo llevaría a los pantanos del más allá.





Santiago Salvador
2014



La realidad estelar


“Language is a virus from outer space”

William Burroughs


Trabajaba en una revista, redactando entrevistas a directores inexpertos, músicos versados y escritores endemoniados. Bajo el lente de un escritor todo es comprensible: existe una posibilidad de creación en todas las cosas. En un sólo día hay infinitas posibilidades de: dolor, felicidad, soledad; luz, oscuridad, estupor y silencio.

No había nadie en el área. Mientras descendía hasta la calle principal, sentí la noche helada  que surgía de las montañas. Escuché la sirena de una ambulancia que se aproximaba exorbitante y desconsolada, a toda velocidad dejando el espacio impregnado en luz roja. 

Continué andando hasta perderme en la niebla. Las calles eran derroteros de la noche, del pensamiento y de fantasías astrales. Observé la desolación; encontré asiento en un parque alumbrado de partículas de soledad. Una luz muy intensa, iluminaba aquel sitio.

 Prefería anotar algo rápido, espontáneo para desarrollarlo en las tinieblas de mí habitación. Escribir bajo la luna, era el portal que me transportaba a través de los planetas: Saturno, Urano, Júpiter, Marte, Venus. Las negra galaxia, urdiendo en la lejanía interminable. Escribiendo, vertiendo el alma en la profundidad del cielo. Confabulando mundos que residen más allá del espacio infinito.
Circundando un agujero negro y olvidado que refleja la realidad estelar oscilando, arcaica en el tiempo.


Santiago Salvador
2014


lunes, 6 de octubre de 2014

Estrella negra


Esclarecer y soñar
entre la niebla secular;
la aparición del mar,
su sombría infinidad.

Un árbol murmura el eco
podrido de la indolencia.
Sobre velas demacradas
el cielo divulga una lágrima.

La soledad del mirlo
oscila en ventanales
que reflejan demencia
y un olvido antiguo.





Santiago Salvador
2014