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sábado, 24 de mayo de 2014

Espantapájaros





Dentro de calles, mirlos merodean
sobre árboles que hablan y perciben
voces de ángeles, que se desangran
en los espejos de la ciudad.


Jinetes muertos cabalgan en
lagunas fantasmas, inacabables.
Ventanales de otros mundos
microcosmos del lenguaje.

Santiago Salvador
2014 


viernes, 16 de mayo de 2014

El Depar

"I believe I can see the future
'Cause I repeat the same routine
I think I used to have a purpose
But then again, that might have been a dream"

-Nine Inch Nails-


Se despertó a las cuatro. Observó la luz del semáforo en el techo, se alternaba, del rojo al verde. Abrió los ojos, los colores fusionaban, con la lluvia impregnada en el cristal de la ventana. Sintió deseos de fumar, extendió su mano para prender su pequeña lámpara. Su refugio se iluminó en la oscuridad, el ambiente de sus sueños.

La enérgica luz, renovaba la atmósfera. Se sentó en su cama, encendió un cigarrillo, el humo invadió la habitación. Se levantó, caminó hacia la ventana que quedaba aledaña al baño. A esa hora todo estaba tranquilo, todos dormían. La ciudad estaba apagada, menguante. Afuera, el amanecer emergía lento, sediento.

En ese devenir del sueño sus pensamientos asomaban con intensidad; iniciaban con la fuerza de una maquina. «¿Qué vendrá hoy?», se preguntó. Reflexionó en ese micro pensamiento; «el núcleo de la vida», tan incierto. Levantarse a esas horas, le ayudaba a discernir el proceso de su existencia.

Aludió su trabajo en la editorial, corregía textos; los editaba de forma impecable.Trabajar editando libros es un oficio de concentración, de memoria. «¿Adónde me llevarán los libros?», pensó.« A las calles vacías del amanecer, donde no sucede nada». Apagó el cigarrillo en un cenicero de cristal color azul.

Calzó sus pantuflas. Vestía una camiseta blanca y un saco largo marrón. Entonces, con el sueño en los párpados se acercó lentamente a su librero. Sus libros permanecían quietos, observaban. La mayoría, los había conseguido a través de los años; otros los consiguió al haberlos editado. Eran sus compañeros en la soledad y en la vida. Con el paso del tiempo se había apropiado de una colecta, trascendente. En la parte inferior del librero, estaba un espacio segmentado donde guardaba sus casetes. Se sentó en el piso, los contempló con una sonrisa sarcástica. Cogió el encendedor; encendió otro cigarrillo. 

Disponía de aproximadamente unos doscientos casetes. Retirada en el amanecer, su pasión era grabar para escapar de la monotonía. Sentir la vida mediante la vibración de la música; tratar de entenderla, sortear sus problemas. Se recargaba como una batería humana bajo el reloj inexorable del universo. Junto a las ultimas estrellas, la luna aminoraba en la aurora.

 La mayoría eran mezclas grabadas, en momentos de desasosiego, tristeza
 pero también de alegría. Tenía mezclas de radio, casetes de bandas, algunos muy viejos, que había registrado en sus épocas de colegio y de universidad. Le entretenía revisar los títulos, escuchar las canciones que ella misma había grabado. Recordando, tratando de revivir, esos días, la melancolía afloraba, en sus ojos. Se quedó suspendida, colgada en el tiempo. Todas las imágenes que surtieron en su mente no fueron suficientes. Lo que sintió fue un remolino de emociones, alegría, miedo, tristeza, compasión, rencor; una pira de fuego en su alma. Sus grabaciones eran un viaje a través del tiempo, el túnel del pasado, el caminar incierto en el presente. Sus libros, los casetes eran sus testigos, inefables.

Pronto amanecería, conectó el aparato, sintonizó la radio. El tiempo había transcurrido ipso facto, durante ese amanecer nostálgico. Escuchó el canto de un mirlo, invocando el rugir del mundo. Se estremeció en el vacío, mientras las luces de la ciudad se activaban entre la bruma. Insertó un casete dentro de la grabadora. Pulsó el botón “Play”. Una canción se escuchaba en la profundidad del tiempo. Para continuar con su día, desapareció en el pasillo de su apartamento.



Santiago Salvador
2014







martes, 6 de mayo de 2014

Disco Rayado

El calor del verano trae recuerdos de amores pasados. Amores olvidados bajo las nubes de esta ciudad. Jonás, llegó en su bicicleta, miró hacia la puerta Lanfor, pensó en la música, en la semana de trabajo.Quitó el seguro de los candados, enrolló la puerta que chirrió en un gran ruido de maquinaria, la mente de un robot olvidado en el tiempo. Entró, habilitó la electricidad. Mientras el tocadiscos empezaba a girar, las luces iban prendiéndose, desde atrás hacia adelante con un sonido eléctrico de ignición.

Bajo la luz blanca, observó sus discos.Todos eran acetatos.Tenía gran variedad de música:  clásica, jazz, punk, indie,industrial, new wave, heavy metal, grunge, y rock clásico. Poseía una gran variedad de música, que le había tomado algunos años y aventuras para obtener. El sitio de vinilos y accesorios era su vida, le había costado mucho trabajo y sacrificio crearlo. Era una manera de expiación con él mismo.El tiempo es lo único que no se puede recuperar.

Lo primero que hizo fue poner un disco de “The Angels- My Boyfriends Back”, para empezar el día. El local no era muy grande tenía tres estanterías para vinilos:cincuentas, sesentas en la primera estantería,en la segunda estantería, setentas y ochentas, en la tercera noventas y el resto de su colección. Circundando las estanterías había  una pared cubierta de afiches gigantes : The Cure, Black Sabbath, Pixies, Pink Floyd, Pearl Jam. Del otro lado tenía una pared entera estampada con el rostro de Bob Dylan.

 Había decidido ponerse la tienda de discos como una manera de redención, el fin de una etapa larga en su vida, una gran parte de ella. Rebosante de circunstancias y sucesos: luchas, derrotas, momentos de alegría, y profundas tristezas. Sentimientos encontrados, reprimidos, en el filamento del foco que era su vida.

 Había comprendido, que la vida no es todo regocijo, sino una lucha constante con lo externo y lo que está dentro de uno mismo. Ese conflicto permanente de desarrollar el alma y la mente a pesar de los avatares, constantes que la vida acerca. Con sus terremotos y volcanes en actividad permanente.Entretanto, terminaba de limpiar el local. Sacó dos sillas, limpió el cenicero,se acercó al tocadiscos, colocó la aguja sobre otro “ Surfin Bird-The Trashmen”. Mientras ordenaba los discos, en orden alfabético, su mente evocaba todo tipo de acontecimientos del pasado. Había mucha música fantástica en esas estanterías, verticales. Contrastaban con el resplandor del día, tornándose en una dimensión desconocida; la dimensión de la melancolía. Sus recuerdos los conservaba con vehemencia, "nada dura para siempre, sólo existe la música". 

Para empezar la mañana, siendo las diez, se acercó a su colección de discos personales, para colocar otro más.  Alusiones frías llegaron al interior del local.Inmediatamente empezó a sonar” Sweet Leaf”
Las batallas que en el pasado había tenido, su rebeldía constante, los días interminables cavilando sin parar, como una mosca en lo podrido de la realidad. Las personas que había conocido; las extensas noches, los amaneceres solitarios. En el fondo, era feliz a su manera. Intuyó que tenía amigos más allá de sus libros, de su soledad estoica. Descifrar el mundo. Aprendió a evolucionar en él desde su núcleo, estrellándose cada vez, siendo fuerte, levantándose cada vez. La vida continua, es una cloaca que baja hacia un abismo insondable.
Mientras el disco se acababa escuchaba "Solitude"  los autos andaban afuera del local, los semáforos estimulaban el fluir del tránsito. Una que otra persona transitaba inerte, mirando hacia adentro escuchando la música con su hechizo. Sólo había que entrar. Este era su mundo.


Santiago Salvador
2014

lunes, 5 de mayo de 2014

Haruki Murakami: Al sur de la frontera. al oeste del sol (1992)


        Las casualidades de la vida, el azar. La niñez, la adolescencia, crecer, trascender mente y alma. La vida y la muerte.Los amores del pasado, los recuerdos del presente, que nos muerde, hasta llegar al futuro. Lo que se desvanece en el tiempo, lo que el tiempo vuelve a traer, ¿ Cuánto estamos dispuestos a sacrificar por amor?
El amor es como un túnel del tiempo, mientras más real se siente, más profundo nos vamos metiendo, por tanto más nos duele, al tratar de salir.¿A cuantas personas podemos querer al mismo tiempo, o solo podemos realmente amar una sola vez?
Este túnel del tiempo, en la realidad sigue paralelamente marcando el reloj  de la vida.  Entonces se crea una estructura, un sentido, del tiempo, surreal.
Un expresionismo literario, nostálgico, vívido.
 La vida es un experimento, pero el amor, es ese combustible, ese laboratorio, en el cual sufrimos  y crecemos.Se aprende del amor, se aprende de la vida y del tiempo.
El recuerdo de una mujer, más antiguo y venerado, que cualquier reflejo a través de la historia ontológica de una persona. El recuerdo de una mujer, se queda marcado, en el tiempo, en el alma; ademas se queda, tatuado en lo material de la vida cotidiana,en sus calles, edificios,graderíos,parques, y carreteras. En esos momentos de la vida, tan pasajeros y sublimes.
Sonidos de aves, que con el concreto de  la cotidianidad, "neblinada" y fría; al mismo tiempo el pasar de los días, a veces rápido, aveces lento. Sonidos de maquinaría y rebeldía, que se evaporan en la frenética urbe; el horario de trabajo, requerido para subsistir en este micro sistema económico frecuente. Las cosas que se hace por dinero, para poder subsistir, a veces desesperadamente, para poder ajustarse, en el sistema en que vivimos.

La vida no tiene siempre un panorama, fácil de predecir. La vida no es fácil, es mas bien, imperfecta, y dura.
Murakami, en este libro, narra el estilo de vida, de la clase trabajadora.. El desempeño intelectual y físico, la inteligencia cotidiana indispensable, para sortear la vida.  Una narrativa, sencilla, con su expresión literaria habitual,  ademas de, abstraer y racionalizar lo complejo de la vida, en varios sentidos. Sin embargo, aparte, está el amor. ¿ Qué grado de importancia tiene en nuestras vidas?

 Después de todo solamente queda la música. El jazz melancólico de "Duke Ellington"
Se lleva las historias de amor y desamor, el paso inevitable del tiempo, las amores de la vida, tienen sus propias historias, sus propias lágrimas.

La particular melodía, que el pasado deja en nuestras vidas ,a la larga, va pasando como todo, y como los procesos de la naturaleza, "Star Crossed Lovers", deja en sus melodías agridulces, la historia de un amor inmortal, pero que a  pesar de el paso,de los años, sigue siendo efímero, inalcanzable.
 El autor, en este libro, habla sobre las relaciones, cómo nos marcan en la vida;  muy rara vez, son como un hechizo que nos sigue durante el resto de nuestros días. Más allá de la salud, del trabajo, de la familia; los esquemas, que se relacionan sobre los vínculos, que hacemos con otras personas.
Este libro vale la pena leer, y en su proceso narrativo nos veremos identificados con un amor melancólico,  ya pasado por el tiempo, pero a pesar de todo no olvidado.
La sensación inexplicable que te deja este libro al terminarlo es algo superior a muchos otros sentimientos que la vida nos trae constantemente.


Santiago Salvador
2014