Las heridas del alma, se las lleva con uno siempre. ¿Cómo escondemos esas heridas en la cotidianidad, con las personas, la familia, y nuestros amigos? Probablemente, la sociedad y la cortesía hacen que recurramos a las máscaras, para esconder el sufrimiento, o simplemente nuestro dolor no es merecedor de los demás. Debemos aprender a expresar nuestro dolor sin tapujos, ni miedos, continuamente.
Hay tantas formas de sufrir, como lo hay personas, y corazones. Hay quienes conversan, cuentan sus aventuras, con lágrimas en los ojos. Otros, desahogan las penas en alcohol tratando de llegar a un horizonte de esperanza. Escribir y hacer música puede ser la mejor terapia, Noches y noches de hacerme bola en mí cama y llorar por un amor perdido.¿ Cuál es la mejor manera de lidiar con el dolor que deviene del amor y de la vida? Inexorablemente, el amor esta vinculado con la muerte, el suicidio , como una opción, cuando la pena y el vacío es demasiado grande. No obstante, los amores perdidos, la oscuridad del amor, y la vida, nos ayudan a aprender a ser mas generosos y tolerantes a revisar nuestras actitudes a ser mejores y más humanos. A la larga, la mejor opción es aprender a consolarnos con nosotros mismos, fortalecerse en el sufrimiento y surgir.
Lucrecia Maldonado, Quito 1962. En esta singular novela corta, nos presenta cuatro formas diferentes de vivir el dolor y la desesperación existencial. Personajes que sin estar relacionados se ven vinculados en el contexto del sufrimiento. La soledad y el dolor como una fase, en la vida de todos pero también, una herramienta de análisis y superación personal.
Santiago Salvador
2015
No hay comentarios:
Publicar un comentario