Entre los colores reflejados del pasado
Dos niños se conocieron en el vacío del silencio
Interceptando mi caída, escucho tu voz en el firmamento
El trabajar de la vida en las piedras del alma
Mar líquido de sensaciones surcando su voraz destino
La noche, el fuego mordaz, quema bajo el volcán
El bosque entona historias de viejos fantasmas
La luna, mar de sangre que se desvirtuó hacia el espacio
Creando a los hombres, para siempre
El sol complicó las sustancias cuando ardió su astro
Sombras, bailan en la reverberación de los días
Frascos llenos de pociones encendidas
En la niebla de la madrugada se esconde un lago saturado
Tu reflejo trenza la noche, originando estrellas perdidas
Los espejos del alba muestran los planteas inmortales
Santiago Salvador
2016
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