La máquina infausta
corre por mis venas,
soñar; cristalizar el
tiempo en perlas.
El camino desvela
luces y amaneceres,
vivir en un cielo
dentro de la muerte.
Un mundo irreal;
escape hacia el corazón,
alusiones que nunca
regresaron.
El péndulo de tú mirada, desgarra
en la sustancia; un mar de sangre,
yermo de soledad entre
ciudades interminables.
Santiago Salvador
2019
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