El martirio, la nostalgia
de un pueblo de piedra;
rugiendo cantares de rebeldía.
Sueños viejos habitan
en bóvedas lejanas,
la tierra y el cielo crearon
ríos de sangre y montañas.
¡La tirria, la tristeza; la belleza!
elixir vaporoso transpirando
bajo florestas y parajes.
Te vi leyendo libros negros,
un cielo rojo se cierne sobre
el mundo y su averno.
Tumores nocturnos;
hieden a libertad,
señales de radio
se oyen desfiguradas.
Santiago Salvador
2019
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