Agujas y cuchillos que ya no siento,
de la profundidad te acercas y te observo.
Demonios arrinconados guardan sabios
consejos y vino rojo, ilimitado.
Arañas en la tina.
Fantasmas y nicotina.
Heridas químicas y resurrección
de almas arremetidas.
Sombras hastiadas, espinas y leyendas.
Mis manos firmes, se hacen de piedra.
El corazón late en un silencio lacrado.
Torniquete sangriento; escritura fracturada.
Santiago Salvador
2018
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