Desvirtuar la realidad es imposible. El enfoque de la vida es
simplemente el matiz que le damos. Mi forma subjetiva de ver mi propia
existencia mientras hago este escrito. Únicamente uno mismo sabe lo que
ve, lo que siente, lo que necesita en su vida. Quizás es la forma como llevamos nuestras vidas en el exterior (lo superficial)
en contraposición con lo espiritual. Aun así, es necesario, una
esencia que provenga de algún lugar divino. La existencia de un ser, una luz en
la oscuridad del mundo plástico, estoico, en el que vivimos. Me refiero a la
exploración incesante de nuestras almas. La electricidad del pensamiento
humano. Mientras más conscientes somos, más profundo será el
sufrimiento.
Estamos imbuidos en sentimientos constantes. Cualquier situación o
suceso tendrá repercusión en el comportamiento de un ser. Somos tan vulnerables
a los sentimientos de los demás. En la vida reímos, también sufrimos
a veces, extrañamente, el sufrir tiene otro tipo de trascendencia más
oscura. La sensibilidad de un individuo, un humano, quizá un
artista. Una personalidad muy particular, entre las personalidades del cosmos.
¿Cómo siente: un artista, cuál es su mundo? El amor, la vida, la familia, los
amigos; el dolor, el vacío. La batalla eterna, entre la muerte del
corazón, el renacer del alma, y la vida. El remolino constante de
emociones, conceptos que nuestra mente analiza. El raciocinio más triste
implica, un sentimiento de dolor profundo vasto como el océano. Acostumbrarse a
este dolor es estar en depresión. El contraste de la luz, la oscuridad, es
una analogía de la vida, la sabiduría del hombre. Encontraremos una melodía,
quizá, que nos saque de la desidia, la angustia, de esta edad efímera. El conflicto
entre nuestros sentimientos más profundos, la luz del razonamiento.
¿Qué exactamente es la tristeza? Edificios gigantes, playas
eternas, los recuerdos del pasado. La melancolía, el orgullo de un corazón
roto. El dolor no está en la mente, está en el corazón, en el ánima se siembra
una semilla de aflicción. La depresión es la sublimidad del pesar, también del
hastío. Nos cansamos absolutamente de todo, de estar alegres, de estar
con el alma plagada de tribulaciones melancólicas. Las memorias, los mementos
más hermosos entre las nubes lánguidas del pasado. El gran paradójico spleen de la vida.
Irónicamente, el sufrir, nos lleva simplemente a seguir viviendo, a sobrellevar
los golpes de la vida. La pérdida de un amor, duele tanto como la perdida de
una existencia. Sin embargo, el show debe continuar, sólo existe un cielo
azul, un cielo gris, un cielo rojo, un cielo, purpura y un cielo negro.
Escuchar una sinfonía de ángeles, reflejados desde la sombra del olvido. Así es
la vida. La depresión es una nube negra, al otro lado están las montañas
azules, el mar hiperbóreo, que engulle las historias de la humanidad.
¿Encontraremos acaso, un valle de luz al final de las montañas? La
monotonía. Los embrollos constantes del amor, la amistad. La nostalgia, los
recuerdos son una vislumbre que debe ser aprovechada, para crear algo nuevo, un
motor creativo entre los designios de este mundo frívolo, lejano. Aprender a
vivir en esta esfera tecnológica de valores plásticos, una sociedad
contemporánea secular. La respuesta no solamente está en el microcosmos, el
estallido de la ciudad, de nuestros contemporáneos. ¿Qué encontramos en el
núcleo de nuestro ser? La verdad reside dentro del corazón, dentro del
alma. Debemos salir a la luz, vencer las nubes negras que se acercan.
Seguramente el pasar del tiempo lavará las costas del olvido sin embargo, las palabras,
los hechos no serán olvidados. La vida es una aventura, es necesario
vivirla con mucha imaginación, entenderla, comprender la naturaleza que nos
envuelve. El devenir del tiempo es grato, trae sabiduría, benevolencia. A la
larga, solo queda perdonarnos, lanzarnos nuevamente al abismo, es
explorar la vida. La gratitud de estar vivo, entre miles de
galaxias en el espacio sideral, el universo infinito.
Anton Corbijn, 20 de mayo de 1955, Strijen, Holanda. Fotógrafo
especializado en la música. Director de videos musicales. Ha fotografiado a
personajes como: Tom Waits, Bob Dylan, Elvis Costello, Robert de Niro,
Annie Lennox, Dennis Hopper, Keith Richards, PJ Harvey, Kate Bush, Pete Townshend. Trabajando además con bandas como: Beck,Therapy, Nirvana, Depeche Mode, Metallica, Peter Gabriel. The Smashing
Pumpkins. Posteriormente, dirigió algunas películas entre ellas Control, 12 de septiembre, 2007. Gracias a la dirección inquebrantable de Corbijn, es reflejada una era post-punk, la vida, amor, y muerte
temprana de Ian Curtis; vocalista de
Joy Division. El enfoque, la viva imagen de un músico. Los sueños de éxito, de
un muchacho, cómo se materializaron y perdieron. Más allá de todo, el
éxito tiene un precio demasiado alto que pagar. Solamente tenemos una
vida para soñar.
Dirección: Anton Corbijn
Guión: Matt Greenhalgh, Deborah Curtis
Reparto: Sam Riley, Samantha Morton, Alexandra María Lara
Santiago Salvador
2016