el abismo, en grutas
de piedra y opacos
nidos de lechuzas
bruma fantasma,
ciclópea y hedionda
desciende hacia el río;
sola escribes en el vacío
luz distante se diluye
en las fauces del páramo,
el olor de la melancolía
en cavernas inciertas
canto de aves mágicas,
repican un amanecer
pretérito; fosas de sangre
subyacen en silencio
¡He sido ciencia!
¡He sido sombra!
¡He sido el hielo!
¡He sido tierra!
laguna desalmada;
corazones que no
pueden invernar: una
estrella en la oquedad
Santiago Salvador
2019